Llegamos al primer hotel:
la casa Maya. La acogida fue perfecta( es lo que pasa cuando elegimos
un hotel 5 estrellas) La suite es genial, pero bastante modesta: solo
150 m² (necesitamos mucho espacio para el yoga de la mañana). Hay
un panorama magnifico sobre el mar y unas de las
mejores playas de Cancun.
Ya que estábamos muy
cansados y muy anciosos tomamos una tisana de Salvia
officinalis para relajar. Luego,
fuimos al SPA para una sesión de sauna, bano turco y masajes. Nos
sentimos vivos de nuevo.
Por la
tarde enterremos a Bingo en el jardín al lado del vendedor de Kebab
( A Bingo le gustaba el olor de la salsa blanca )
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